Lo más peligroso de calentar la tierra son los puntos de inflexión que desencadenan el calentamiento retroalimentativo. Si traspasamos los puntos de inflexión, es decir, si la tierra se calienta en más de 2°C, entonces la crisis climática se nos habrá ido de la manos. Ya no podremos detener el calentamiento global y se convertirá en una catástrofe.
Y aquí es donde los árboles entran en juego: absorben CO2 y, por lo tanto, frenan el calentamiento global. No llegamos a los puntos de inflexión tan rápido y podemos tomar medidas para prevenirlos.
Un billón de árboles adicionales capturan anualmente 10 billones de toneladas de CO2, es decír, una cuarta parte de nuestras emisiones actuales de CO2. Así que si plantamos estos árboles adicionales y protegemos nuestros árboles existentes, ganamos tiempo. Sin estos árboles, en 26 años habremos agotado el presupuesto de CO2 de 1.100 mil millones de toneladas que nos quedan para mantenernos por debajo del límite de 2°C.
Necesitamos el tiempo extra para poder convertir el mundo en una economía de metanol, es decir, combustibles neutros para el clima y energía del desierto. Y ya hemos perdido demasiado tiempo sin hacer nada. Los árboles nos devuelven parte de ese tiempo al absorber el CO2 de la atmósfera y mantener la tierra por debajo del límite crítico de 2°C.
¿Dónde estamos reforestando?
Es particularmente eficiente cuando plantamos los árboles en el Sur Global, en los trópicos y subtrópicos con un clima ideal. Àrboles estabilizan los ciclos del agua, protegen contra la erosión del suelo, contribuyen a la nutrición y proporcionan a la población local puestos de trabajo significativos en la reforestación y el cuidado de los árboles. ¡La reforestación global es el programa de estímulación económica más grande y sostenible que el mundo haya visto jamás!